Tras recuperarse de sus heridas y reunir a toda la expedición el Jarl Erik Hardrada, convoco a un pequeño grupo compuesto por Berthel Valdrada y Agnete Armdahl al frente de otros dos hombres del norte para buscar a Hildegard Valdrada en el antigüo asentamiento y buscar un punto afín a las energias rúnicas para que los Clamavientos invocaran la niebla, niebla que cubriria el la orilla de la costa del Poblado Sañadientes, para asaltarlo cuando todo estuviera preparado.
El pequeño grupo, partio a la busca de la Jarl del Clan Valdrada, la cual se lamentaba por no haber estado presente durante el ataque trol al asentamiento.
Unida ya la expedición descendieron hacía el Poblado Sañadiente, donde justo antes de llegar y guardando la máxima cautela dos de los Hombres del Norte, cayeron en sendas trampas, colocadas por los trols perdiendo allí la vida. Había que continuar con la misión, extremando la cautela y tratando de rodear el poblado. Pero fueron sorprendidas, Hildegard Valdrada haciendo uso de su mítica espada Turfing derribo a uno de los guardias, ante la impasiva mirada de una enorme trol que los miraba con ira. No pudieron sino escapar de allí con rápidez, consiguiendo subir la ladera de la montaña, mientras los tambores de guerra clamaban y el aliento de los trols los perseguía.
Ocultos, bajo el amparo de la noche consiguieron esconderse el tiempo suficiente como para que Agnete Armdahl encontrara un buen lugar, cargado de energía rúnica para invocar la niebla el día que el ataque se produjera. Señalaron con un simbolo rúnico el lugar y a duras penas consiguieron regresar al islote que servia de nuevo asentamiento.
Una vez allí, informaron al Jarl Hardrada, el cual felicito a la expedición y rubrico con una lapidaria frase... "Habéis sido los heraldos de la niebla que precede a la sangre"