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El Tesoro de Quetz'lun
14.12.2013 13:31EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 1
Los Hombres del Norte disfrutaban en Valgarde de las lides de la victoria conseguida en Tierras del Interior y del gran botín obtenido. Pero en aquella noche un grupo de aventureros del Pacto Aureo se dirigieron a Erik Hardrada, que se encontraba en la Posada ahogando sus penas en Hidromiel, para proponerle una nueva aventura en busca del Tesoro de Quetz'lun, una antigüa leyenda Drakkari que todos los Hombres del Norte conocían pero que ninguno había aún encontrado.
Sin embargo, una exótica y lenguaraz aventurera llamada Jesabela hizo entender a Eric que ellos si lo conseguirían. Aunque Erik al principio fue rehacio, al final acepto imbiscuirse en tal búsqueda con un reparto equitativo del botín en caso de encontrarlo. Así pues, con un apretón de manos sellaron la alianza.
Eric fue a buscar a su hijo Torhild, el cual sería el guía de los sureños durante la expedición. Torhild compartio bebida, comida y conocimientos con los extranjeros, intimando con ellos. Al día siguiente prepararían la marcha al Fuerte Vildervar, donde se asentarían hasta el domingo, cuando Erik Hardrada aparecería allí con los miembros voluntarios del Pacto de Sangre que aceptaran aventurarse en las tierras de los Drakkari.
DÍA 2
Al medio día, Torhild se reunió con los sureños, a la cabeza estaban Jesabel y Remy que parecían los líderes de aquellos aventureros. Todo estaba preparado para la marcha a Fuerte Vildervar, así que cargaron las provisiones en sus motocicletas y se pusieron en camino por el Fiordo Aquilonal.
Tras una marcha sin incidentes llegaron a Vildervar, donde habían quedado mañana domingo con Erik Hardrada y el resto de Hombres del Norte dispuestos a aventurarse en Zul'drak.
Jesabel, Torhild y Remy, llegarón juntos a la posada conocida como "El Vrykul bebedor" donde al calor del fuego compartieron diversas historias de sureños y hombres del norte.
En algún momento de su estancia, Rémy le sugirió a Torhild que cantara una canción típica del norte y que este le acompañaría al son de una balada tocando su laud de cuerdas.
Así que Torhild, se dispuso a cantar la canción de Soron y su viaje a Ulduar...
Cuenta la leyenda que tres jovenes de un clan,
más al norte querían marchar.
Los viejos les negaban al escuchar,
que su empresa fueran a lograr.
Necios Hardrada, donde vaís a ir,
nuestro hogar solo esta aquí.
Allende esta tierra solo hallaréis
la muerte de los que queréis.
Mas son nuestros sueños y nuestro destino,
alcanzar mas al norte un camino,
pues tiene que haber en el mundo algo más,
que la vista no llegue a alcanzar.
¡Y así fué como Soron el Jarl,
emprendió aquel camino a Ulduar,
y trajo las leyes del norte con él,
escritas por Tyr el Titán!.
¡Y así fué como Soron el Jarl,
emprendió aquel camino a Ulduar,
y trajo las leyes del norte con él,
escritas por Tyr el Titán!.
DÍA 3
Como el Jarl Erik Hardrada prometío, reunió a algunos de los mas valientes hombres del norte en Vildervar así que junto a Ulf, Brakior y Zhoor se unió con los sureños del Pacto Aúreo; Rémy, Kayla, Jésabela, Myrall y Garron, ante una gran hoguera. Los sureños preguntaron por Torhild, el hijo del Jarl, pero este les explico que Torhild se encontraba ya en las Colinas Pardas explorando las cuevas y los pasajes subterraneos.
Sin embargo, Erik, pensaba que no era sensato adentrarse en los pasajes subterraneos, pues podrían perderse con facilidad y encontrar imprevistos indeseados. Así pues les dijo a los sureños que la mejor opción era tomar el Paso de Ursoc "El dios Oso", aunque había un inconveniente y es que esta pediría algun tipo de sacrificio a cambio de dejarles pasar y así llegar a Zul'drak por rutas donde no tuvieran que enfrentarse a un incontenible número de trols Drakkari.
Sureños y nórdicos emprendieron la marcha hacía Zul'drak, entre canciones e historias llegaron hasta los poblados de leñadores Ulfhednar en Colinas Pardas, donde fueron atacados por algunos de estos que habían caído en la locura y el salvajismo.
Pero consiguieron deshacerse de ellos. Continuaron la marcha, ya estaban próximos a llegar al Paso de Ursoc, cuando Jesabela, a la cual los Hombres del Norte decidieron llamar Brunhild que significa, mujer morena, por la dificultad que les entrañaba pronunciar su nombre, dijo que debían llegar antes a Arroyoplata, pues el escaldo que sabía como localizar el tesoro estaba allí.
A regañadientes, los hombres del norte cambiaron el rumbo, y fue ahí cuando encontraron a Hela Inkjerson, que andaba merodeando por aquellos lares y todos se detuvieron a contemplar el gran Yggdrassil.
Yggdrassil, era el gran arbol que según cuentan los hombres del norte, sostenia todo Azeroth hasta que el Titán Oscuro llego y lo quebro, y las tierras se separaron en grandes continentes e islas.
La noche lo cubría ya todo, y la compañia decició descansar tras la larga marcha en el Refugio Pinoámbar, al cual los Hombres del Norte llamaban Uppsala, pues era un templo sagrado para ellos.
Desde Uppsala, observaron las maravillosas vistas que el horizonte les ofrecia, mientras intercambiaban diversas historias, Rémy hablo a los hombres del norte de las Tres Guerras entre orcos y sureños, a su vez, Erik Hardrada, les habló a estos sobre el Ragnarok, también conocido como el día del fin de todo.
El viaje había sido largo, tocaba descansar antes de continuar hacía Arroyoplata.
EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 4
Llegó el momento de marcharse de Uppsala para llegar a Arroyoplata, antes de partir Vedrfornil Hjorden se presento ante la compañía formada por nórdicos y sureños uniendose a esta.
En el camino hacía Arroyoplata, encontraron un puesto ulfhednar que había sido incenciado y el suelo se cubría de cadáveres. La compañia se detuvo a observar la masacre. Erik Hardrada, dijo que debian continuar, que darían parte en Arroyoplata y que estos se encargarían. Así pues, la compañia se puso nuevamente en marcha.
Al llegar a Arroyoplata, los norteños fueron a avisar a dar parte de lo ocurrido, mientras que los sureños buscaban al escaldo. Al parecer la masacre, se había producido poco tiempo antes y habián dado muerte a un grupo de soldados de la Alianza, provenientes de la brigada de los Páramos, que eran los que habían incendiado y matado a los ulfhednar, aunque uno seguía con vida encarcelado y alli fueron los hombres del norte.
El soldado les explico lo ocurrido y les pidio ayuda, pero los hombres del norte decidieron que era asunto de los Ulfhednar y no se imbiscuyeron, además acordaron no decir nada a los sureños sobre ello y acompañaron a estos a buscar al escaldo.
Los norteños encontraron al escaldo en una de las chozas y Erik hizo sonar su cuerno para avisar a los sureños que se presentaron raudamente alertados.
Bruhild, hablo con el escaldo y este le conto la historia que había tras el tesoro de Quetz'lun, destacando que "Quien un tesoro busca, otro tesoro pierde" . Cuando le preguntaron que donde se econtraba el tesoro, este respondio;
Aquel que no tiene nombre en esta lengua ni en ninguna de los hombres. Su morada está oculta entre árboles y piedra moviente, más allá del teatro de la muerte, acunado por los altares, custodiado por sus guardianes. Él mira a través de ellos, y la roca le susurra todo lo que acontece.
La compañia, decidio hacer noche en Arroyoplata, antes de partir al Paso de Ursoc, lo cual les conduciria a Zul'drak y al codiciado tesoro. Vedrfornil detuvo a Hardrada y ambos mantuvieron una acalorada conversación, Vedrfornil recriminaba a Hardrada el que este estuviera buscando un nuevo tesoro y se estuviera contradeciendo con lo dicho en Tierras del Interior sin haber aprendido la lección de aquel lugar. Erik mordiendose la lengua, contando pero sin contar, le quiso hacer entender que la situación de la alianza del Pacto de Sangre de los Hombres del Norte no era fácil de mantener y que le preocupaba el que su hijo Torhild no estuviera a la altura para defender su posición como Jarl, en caso de que a Erik le ocurriera algo en algún saqueo en el mar, dada la reputación que tenía Torhild el cual no había conseguido ganarse el respeto de los Hombres del Norte ni había participado en ninguna azaña digna de mención, pero por encima de todo, no había sido aún puestas a prueba sus habilidades y su capacidad, por eso Erik Hardrada decidio que sería el en el Paso de Ursoc quien buscara el tesoro con los sureños en Zul'drak, mientras Erik aguardaría cerca del Paso.
Vedrfornil, decidió que acompañaría al muchacho y velaria por él.
DÍA 5
Era el momento de proseguir hacía Zul'Drak, así que la compañía se reunió entorno a las afueras de Arroyoplata, donde coincideron con una guardia de la Espada de Ébano, que se diriga hacía Zul'Drak. Erik y los sureños se reunieron y tras debatir concienzudamente, propusieron a la guardia que les acompañara, sin revelar nada sobre el Tesoro.
La Compañía se puso nuevamente en camino, acompañados por la guardia de la Espada de ébano, que acepto de buen grado ir junto a sureños y norteños hacía el Paso de Ursoc, donde Torhild les esperaría.
El día anterior, los sureños habían capturado a una joven trol y la llevaban como prisionera por si pudiera serles de ayuda. Tiempo después, Erik señalo hacia una gran cabeza de oso tallada en piedra y proclamo: ¡Estamos en el Paso de Ursoc!
Erik se despidio de la Compañia y les dijo a estos, que ahora marcharía a Valgarde y que volvería con varios hombres en tres días, si para entonces no habían salido de allí, consideraría que estaban muertos. La Compañia se despidio del Jarl, no sin antes este dirigirse a Vedrfornil y decirle que cuidara de su hijo Torhild, el cual aparecio poco tiempo después para proseguir el viaje de la compañia y enfrentarse a lo que les avecinaba.
Torhild Hardrada se acababa de incorporar a la Compañia, y esta ascendio el Paso de Ursoc, hasta llegar a la puerta del mismo, una gran formación rocosa con forma de cabeza de oso. Al lado de la gran puerta, había un chaman oso encadenado que parecia dormido, hasta que la presencia de los hombres le desperto. Explico a estos, que debían pasar de uno en uno, para ganarse el favor de Ursoc y que este les permitiera pasar...
Jesabela fue la primera en pasar, tiempo después al regresar conto a sus compañeros lo que había vivido adentro y que en el interior el gran oso les pondría a prueba para saber si son dignos de ganarse su don. Poco a poco todos fueron pasando, algunos volvieron felices, trajeron consigo recuerdos agradables de su pasado y de sus seres queridos, otros regresaron cambiados, muy cambiados, se habían enfrentado a experiencias traumáticas, pero que finalmente superaron, uno de ellos fue Torhild, el cual regreso con la cara totalmente descompuesta y sin mediar palabra. La guardiana de la Espada de ébano se nego a pasar y abandono la Compañia, sin mediar explicación alguna. Ya solo quedaba alguien por superar la prueba... Vedrfornil Hjorden.
El norteño se despojo de su peto y se aproximo a la puerta y ante la incredulidad de los demás, desafio al gran dios oso Ursoc, reinvidicando que era un hijo del norte y que obtenía el don y el favor de Ursoc como tal o que este mismo le enviara al Valhalla. Ursoc aparecio encolerizado, Vedrfornil se encaro a este, su rugido era ensordecedor, todos estaban detras en guardia alertados.
Ursoc lanzo un zarpazo tremendo que derribo a Vedrfornil y le empujo varios metros atrás, los demas fueron a auxiliarle, pero el orgulloso Hjorden pidio que lo dejaran, herido y magullado volvio a plantar cara al dios Oso, que esta vez mas enojado que nunca de un tremendo rugido precipito a todos como un estruendo contra el acantilado, pero por suerte los miembros de la compañia consiguieron agarrase al precipicio. Nadie se habia despeñado por suerte, poco a poco escalaron hasta subir y Vedrfornil Hjorden en un ultimo plante ante Ursoc, le pidio que le otorgara su don y permiso o de una ultima vez le mandara al Valhalla. Ursoc le solto un ultimo zarpazo y le arranco su media mano izquierda, y al poco tiempo desaparecio entre la bruma al interior del paso.
Vedrfornil, había quedado tullido, pero el chaman oso encadenado le dijo que había conseguido el favor y el permiso de Ursoc demostrando su coraje y fuerza de voluntad. ¿Porque no me has envidado al Valhalla? gritaba Vedrfornil mientras se desangraba, los sureños preocupados hicieron un circulo a su alrededor, ayudandole a no desvanecerse y Torhild le vendo la mana respondiéndole que quizas tuviera alguna promesa que cumplir y que ese no era su momento aún.
Vedrfornil, perdio la consciencia. La compañia cansada y alterada por los ultimos acontecimientos decidio acampar en el Paso de Ursoc, antes de proseguir ya en Zul'drak.
DÍA 6
La Compañía se recupero del ataque de Ursoc y tan pronto como pudieron atravesaron el paso. Guíados por Torhild llegaron hasta Zul'drak.
Observaron de primera mano, los vestigios de la Plaga y un gran zigurat que había sido derribado años atrás por la Cruzada Argenta. La corrupción apestaba aquel lugar. Caminaron sigilosamente entre la nieve que no era muy profunda. Debían dirigirse al anfiteatro que justo estaba en el otro extremo hacía el norte.
Torhild se detuvo a contemplar la majestuosidad del antiguo Imperio Drakkari y sus estructuras que aún permanecián en pie, indemnes sorteando guerras y el debenir del tiempo. La Compañia, observo desde el sigilo a un grupo de sacerdotes trols que se dirigian a un templo cercano, llevaban con ellos a dos hombres del norte. Había que tomar una decisión; rescatarlos y enfrentarse a sus captores poniendo en peligro la misión o abandonarlos a su suerte.
Así pues, en lugar de optar por lo más sensato, los tiradores se acercaron los primeros y dispararon contra los sacerdotes, con tan buen tino que muchos de estos cayeron derribados. El resto cargo contra los trols, siendo derribados por la ira de estos y demostrando una fuerza e ira sobrehumana. Viéndose acorralados por la compañía, los trols decidieron matar a los rehenes, pero antes de que esto ocurriera, una nueva rafaga de flechas y balas les derribo.
Escondieron los cadáveres entre la maleza y prosiguieron el camino hasta el anfiteatro junto a los dos rehenes que armaron y así se incorporaron a la compañía. Al llegar al anfiteatro, les sorprendio la quietud del lugar y la enorme estructura que era una muestra mas de la grandiosidad de la arquitectura del Imperio Drakkari.
Una vez dentro, exploraron el anfiteatro, descubrieron puertas que llevaban lustros cerradas, hasta que llegaron a un lugar que parecía ser un antiguo templo y el silencio del lugar se rompió con el sonido chirriante de una gran verja que se cerraba para dejarnos atrapados dentro del templo, por suerte Garron pudo sostener la puerta, mientras todos escapaban de allí, pero lo de escapar solo era una manera de hablar, pues pronto se dieron cuenta de que estaban rodeados por cientos de arqueros trols que les apuntaban directamente y un grupo de grandes guerreros drakkari que se dirigía hacia la Compañia. Posiblemente ese fuera nuestro final... ¿o no?
DÍA 7
Fuímos capturados y encerrados en una jaula en las mazmorras del anfiteatro. Los Drakkari hablaban y se reian entre ellos en un lenguaje ininteligible para nostros. Al caer la noche, nos sacaron de la jaula y poco a poco nos hicieron caminar hacía la arena, al menos tuvieron el detalle de darnos nuestras armas.
Y allí estabamos, en la arena del anfiteatro, espalda contra espalda, las gradas a rebosar, seríamos el espectáculo de los Drakkari, un espéctaculo de arena y sangre.
Entre los chillidos ensordecedores del publico asistente, aparecieron enormes trols rodeandonos, seguramente sus campeones y armados hasta los dientes. Al grito de un Gran Sacerdote Kalari, que parecia el promotor del espectáculo nos atacaron.
La compañía lucho ferozmente, entre espadazos, golpes contundentes de martillo, flechas, balas, lanzadas y hachazos conseguimos a duras penas deshacernos de los trols.
Pero el más fuerte y grande de ellos, vapuleo a Torhild dejándolo inconsciente y cargándolo al hombro, mientras era ovacionado por el público y la compañía no pudo hacer nada para evitarlo, puesto que al poco tiempo la puerta se abrió y aparecio un gigantesco y terrible Demosaurio.
El público enloquecio, el suelo de la arena temblaba ante los pies de la Compañía, mientras Torhild se alejaba capturado por el Campeón de los Drakkari. El terrible Demosaurio, hizo vibrar todo el anfiteatro al rugir y cargo contra la Compañía, que trataba de eludir al gigantesco animal, no fue sino la actuación de los dos hombres del norte, que la compañía anteriormente había rescatado de ser sacrificados, la que les dio una oportunidad de derrotar a semejante bestia, partiendo las cadenas que la ataban. El demosaurio furioso y desorientado comenzo a comerse trols de entre el público y el pánico cundió. La Compañía aprovecho para tratar de escapar, pero no todos, Vedrfornil juro que no se iria sin Torhild y los dos hombres del norte le siguieron hacía las jaulas del subsuelo en busca del hijo del Jarl que estaba preso.
El Gran Sacerdote de Sseratus, mato al Demosaurio finalmente sacrificándolo y restableciendo el orden entre el caos.
DÍA 8
Con Torhild capturado y la compañía separada, el grupo de sureños liderados por Jesabela, Garron y Remy se encontraron con dos norteños más que no conocían mientras escapaban del anfiteatro.
Era Hildegard Valdrada acompañada de uno de sus taumaturgos clamatormentas. Los sureños la explicaron la situación y juntos emprendieron raudo camino a un puesto avanzado que aún mantenia lo que quedaba por allí de la Cruzada Argenta a salvo.
Hildegard expusó que varios barcos procedentes del sur y cargados de trols habían llegado a Colinas Pardas y se dirigian a Zul'drak amenazando el norte y que por ello había que seguir los pasos del enemigo. Algunos miembros rezagados de la compañia que habían tambien logrado escapar de la arena del anfiteatro llegaron también y contaron como Torhild había sido capturado, y que no sabían nada de Verdfornil tampoco que había salido tras él.
Mientras el nuevo grupo de aventureros trataba de solicitar la ayuda de los cruzados argenta, se abrio el debate pues la compañia quería rescatar a Torhild y los demás, mientras Hildegard Valdrada expuso que sería una trampa volver allí y que les estarían esperando, que seguramente los prisioneros ya estarían muertos sacrificados a algunos de sus dioses.
Pero la compañia hizo caso omiso a las advertencias de Hildegard, y al llegar al anfiteatro fueron emboscados aunque lograron salir con vida a duras penas y volver a la avanzada argenta.
En la avanzada argenta y con proseguir con la búsqueda del tesoro de Quetz'lun como objetivo, la nueva compañía consiguio información sobre el siguiente paso a dar, el cual les conducía a un dios trol muy antiguo conocido como el Gran Sabio. Acuciados por las múltiples heridas, decidieron descansar antes de proseguir con la búsqueda, mientras Hildegard hablaba a los suyos sobre la lamentable muerte del hijo del Jarl del clan Hardrada y como murió como un héroe que pasaría a la historia lamentablemente.
DÍA 9
Tras reposar las heridas sufridas, la nueva compañía se puso en camino siguiendo la pista de encontrar al Gran Sabio, una divinidad trol que podría saber el paradero del preciado tesoro. Atravesando sigilosamente Zul'drak, llegaron a un enorme paso que tuvieron que atravesar pero Ulf, uno de los norteños de la compañía, fue avistado por una patrulla trol y superados en número la compañía tuvo que hacer acopio de correr sin mirar atras entre una lluvia de flechas.
Tras el largo trayecto, los trols les pisaban los talones y llegaron a la alameda donde se encontraba el Gran Sabio, un tiki de piedra enorme rodeado por golems también de piedra gigantescos que atemorizaron a los trols que perseguián a la compañía provocando que dejaran de perseguirnos.
Bajo el resguardo del Gran Sabio y sus guardianes de piedra, la nueva Compañía fue sometida a prueba, teniendo que elegir entre la ubicación del tesoro o la vida de dos norteños que habían sido rescatados de la arena del anfiteatro y aparecieron como de la nada. El Gran Sabio puso a prueba a la compañía, y tan solo Jesabela y Hildegard Valdrada prefirieron el tesoro, lo cual contento al enorme dios tiki de piedra. El resto fue atacado por los golems gigantescos de piedra.
Tras un duro combate, los gigantes derribaron a la compañia, pero antes de que estos sacrificaran a sureños y norteños por igual, el Gran Sabio los detuvo y les perdono la vida. Jesabela y Hildegard pudieron ver el lugar donde se encontraba el tesoro, un sitio llamado "Drakil'jin".
Ayudando en el camino a los heridos a reponerse, volvieron al puesto avanzado de la Cruzada Argenta, donde la discordia en la nueva compañía había estallado, norteños y sureños, se vieron traicionados por Jesabela y Hildegard, pero mientras que Jesabela guardaba silencio, Hildegard recriminaba a estos que erán débiles y que serían un lastre para conseguir el tan preciado tesoro.
La discordia en el grupo de aventureros había sido sembrada. Quizá eso era lo que el Gran Sabio quería... ¿quién sabe?
Mientras tanto, seguía sin saberse nada de Torhild y Vedrfornil, que para Hildegard Valdrada y algunos más ya estaban muertos y disfrutando de la otra vida en el Valhalla, aunque algunos otros aún conservaban la esperanza de que siguieran con vida y encontrarles.
DÍA 10
Tras la gran treta del Gran Sabio, el grupo quedo mermado y reducido fruto de la desconfianza, pese a eso, mucho se había andado ya para encontrar el Tesoro de Quetz'lun, así que el pequeño grupo de norteños y sureños que aún quedaba se puso en marcha hacía Drakil'jin al norte de las Colinas Pardas.
Hace ya días, cuando la compañia tenía que atravesar el Paso de Ursoc para llegar a Zul'drak, el Jarl Erik Hardrada les dijo a estos que les esperaría allí pasados tres días, pero la compañía no acudió a esa cita. Hildegard Valdrada, había extendido el rumor de que Torhild y Vedrfornil Hjorden habían muerto heróicamente en la arena del Anfiteatro de la Muerte, así que el Jarl Hardrada con un gran grupo de norteños se adentro en Zul'drak para buscar a su hijo.
Mientras tanto, la compañía proseguía su marcha hacía Drakal'jin hasta que diviso el campamento de la Brigada de los Páramos del ejercito de la Alianza que aún seguía alli asentado.
La compañia solicito refugio en el campamento, para descansar después de la marcha, antes de llegar a Drakal'jin y sin muchos problemas consiguieron acceder, buscando algunas tiendas que les sirvieran para pasar allí la noche.
El Tesoro de Quetz'lun estaba cerca y con ello el epílogo de esta asombrosa aventura, pero eso sería otro día.
DÍA 11
Y llegó el gran día, descansados ya del largo trayecto desde Zul'drak a Colinas Pardas, la compañía abandono el campamento de la Brigada de los Páramos rumbo a Drakal'jin, el lugar que había señalado el Gran Sabio como ubicación del gran tesoro de Quetz'lun.
Las ruinas de aquella necrópolis trol eran sobrecogedoras, Hildegard hizo saber al resto de la compañía de que un Drakkar les esperaba cerca de la costa para llevar el tesoro de vuelta al Fiordo Aquilonal.
Todo estaba envuelto en un silencio incómodo y la compañía avanzaba dentro de aquella necrópolis mientras observaban los relieves sobre escenas fúnebres y salvajes combates, siempre con el símbolo de la serpiente emplumada en ellos.
Al fondo de la necrópolis, parecía haber un camino subterraneo del cual surgieron dos enormes serpientes emplumadas para cortar el paso a la compañía, que cargo enérgicamente contra estas. Entre disparos y cortes, las serpientes se estrellaron contra el suelo de baldosas de piedra, no habíendo representado un gran problema para sureños y norteños.
Era el momento de adentrarse en aquel camino subterraneo de la necrópolis, según la compaía avanzaba hacía el interior, la luz se volvía mas tenue y Jesabela consiguió prender algo parecido a una antorcha para continuar su búsqueda. Un frio desolador recorría aquel lugar, y la oscuridad no mostraba aquello que los aventureros podían sentir, la presencia de los malditos era fuerte allí, quizá encontraran lo que habían venido a buscar en ese mismo lugar.
De pronto, dos voces burlonas como venidas de ultratumba retumbaron en una enorme sala que hacía eco, Hildegard rocio en el suelo algo de óleo de ballena que llevaba en su cinturón y Jesabela lo prendío, haciéndo un circulo sobre la compañia para ver si alguien les atacaría. Con la sala iluminada, pudieron ver a dos trols malditos que advirtieron a los visitantes que nunca encontrarían el tesoro y moririán allí mismo.
El enfrentamiento no se hizo esperar, los dos trols malditos cargaron contra la compañia que a duras penas pudo resistir su embate. Hildegard se encomendo a Eonar y Freya, para que estas dirigieran sus manos empuñando a Turfing asestando duros golpes contra estos, mientras que la sureña Myrall lanzó una granada ultrasónica aturdiendo gravemente a los trols y el paladín Carrick los exortizó haciendo que desaparecieran.
El camino había sido despejado, las voces cesaron y al fondo de aquél gran mausoleo subterraneo vieron una luz. Raudamente se dirigieron a ella y al llegar observaron una sala redonda, llena de momías trols en las paredes, un gran fuego de color rojo en el centro y al fondo un enorme gong junto a un inmenso cofre custodiado por el Sacerdote de Quetz'lun que algunos miembros de la compañía habián visto durante los combates de la arena en el Anfiteatro de la Muerte.
El Sacerdote les hizo saber a los aventureros, que todo se había cumplido según los designios de Quetz'lun y si habían llegado hasta aquí era para ser sacrificados de cara a que la divinidad emplumada volviera a la vida con la sangre de aquellos que son dignos para ello. Así pues había llegado la hora de los sacrificios y en un exhibición magna de su poder derribo a toda la compañia entre cántico y danzas rituales, poco a poco los miembros de la compañia fueron cayendo contra el suelo, primero Jesabela que había sido muy gravemente herida, Garron y Ulf Asbjorn también fueron abatidos. Hildegard fue a socorrer a Ulf para que no muriera asfixiado por su propia sangre que brotaba de él a borbotones.
El Sacerdote parecía disfrutar con la masacre que estaba causando, Myrall también fue abatida, Hildegard cargo encolerizada contra el sacerdote y este la regalo un abanico de cortes por todo el cuerpo provocando que la Jarl se precipitara al suelo encima de un charco de sangre.
Y en aquel momento perdida ya toda esperanza, el enorme ulfhednar Brakior salto sobre el sacerdote aturdiendole a golpes, mientras Carrick le clavaba la espada en el corazón derrotando al sacerdote.
Usando las bendiciones de la Luz Sagrada, poco a poco los aventureros fueron recuperandose de sus heridas mortales y se dirigieron hacía el codiciado tesoro conseguido.
Frente a ellos al fin estaba el codiciado tesoro de Quetz'lun, al abrir la tapa del enorme cofre miles de monedas de oro, rubíes, zafiros y otras gemas dieron la bienvenida a nuestros aventureros, que resolvieron repartir mitad y mitad entre norteños y sureños. Hildegard Valdrada, estaba muy contenta pues sabía que al llegar con esa enorme cantidad de oro ganaría gran poder en el consejo del Pacto de Sangre, por no decir de la riqueza allí encontrada.
Cargaron el cofre y tal y como Hildegard había dicho, montaron en un Drakkar que les esperaba en la costa rumbo a Valgarde, donde los festejos se celebraron durante días, festejos donde el Jarl Erik Hardrada no se encontraba, pues seguía buscando a su hijo en Zul'drak.
Así pues, la aventura del Tesoro de Quetz'lun había llegado a su fin y los escaldos ya preparaban algunas canciones para que la historia se convirtiera en leyenda.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 11)
14.12.2013 12:16EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 11
Y llegó el gran día, descansados ya del largo trayecto desde Zul'drak a Colinas Pardas, la compañía abandono el campamento de la Brigada de los Páramos rumbo a Drakal'jin, el lugar que había señalado el Gran Sabio como ubicación del gran tesoro de Quetz'lun.
Las ruinas de aquella necrópolis trol eran sobrecogedoras, Hildegard hizo saber al resto de la compañía de que un Drakkar les esperaba cerca de la costa para llevar el tesoro de vuelta al Fiordo Aquilonal.
Todo estaba envuelto en un silencio incómodo y la compañía avanzaba dentro de aquella necrópolis mientras observaban los relieves sobre escenas fúnebres y salvajes combates, siempre con el símbolo de la serpiente emplumada en ellos.
Al fondo de la necrópolis, parecía haber un camino subterraneo del cual surgieron dos enormes serpientes emplumadas para cortar el paso a la compañía, que cargo enérgicamente contra estas. Entre disparos y cortes, las serpientes se estrellaron contra el suelo de baldosas de piedra, no habíendo representado un gran problema para sureños y norteños.
Era el momento de adentrarse en aquel camino subterraneo de la necrópolis, según la compaía avanzaba hacía el interior, la luz se volvía mas tenue y Jesabela consiguió prender algo parecido a una antorcha para continuar su búsqueda. Un frio desolador recorría aquel lugar, y la oscuridad no mostraba aquello que los aventureros podían sentir, la presencia de los malditos era fuerte allí, quizá encontraran lo que habían venido a buscar en ese mismo lugar.
De pronto, dos voces burlonas como venidas de ultratumba retumbaron en una enorme sala que hacía eco, Hildegard rocio en el suelo algo de óleo de ballena que llevaba en su cinturón y Jesabela lo prendío, haciéndo un circulo sobre la compañia para ver si alguien les atacaría. Con la sala iluminada, pudieron ver a dos trols malditos que advirtieron a los visitantes que nunca encontrarían el tesoro y moririán allí mismo.
El enfrentamiento no se hizo esperar, los dos trols malditos cargaron contra la compañia que a duras penas pudo resistir su embate. Hildegard se encomendo a Eonar y Freya, para que estas dirigieran sus manos empuñando a Turfing asestando duros golpes contra estos, mientras que la sureña Myrall lanzó una granada ultrasónica aturdiendo gravemente a los trols y el paladín Carrick los exortizó haciendo que desaparecieran.
El camino había sido despejado, las voces cesaron y al fondo de aquél gran mausoleo subterraneo vieron una luz. Raudamente se dirigieron a ella y al llegar observaron una sala redonda, llena de momías trols en las paredes, un gran fuego de color rojo en el centro y al fondo un enorme gong junto a un inmenso cofre custodiado por el Sacerdote de Quetz'lun que algunos miembros de la compañía habián visto durante los combates de la arena en el Anfiteatro de la Muerte.
El Sacerdote les hizo saber a los aventureros, que todo se había cumplido según los designios de Quetz'lun y si habían llegado hasta aquí era para ser sacrificados de cara a que la divinidad emplumada volviera a la vida con la sangre de aquellos que son dignos para ello. Así pues había llegado la hora de los sacrificios y en un exhibición magna de su poder derribo a toda la compañia entre cántico y danzas rituales, poco a poco los miembros de la compañia fueron cayendo contra el suelo, primero Jesabela que había sido muy gravemente herida, Garron y Ulf Asbjorn también fueron abatidos. Hildegard fue a socorrer a Ulf para que no muriera asfixiado por su propia sangre que brotaba de él a borbotones.
El Sacerdote parecía disfrutar con la masacre que estaba causando, Myrall también fue abatida, Hildegard cargo encolerizada contra el sacerdote y este la regalo un abanico de cortes por todo el cuerpo provocando que la Jarl se precipitara al suelo encima de un charco de sangre.
Y en aquel momento perdida ya toda esperanza, el enorme ulfhednar Brakior salto sobre el sacerdote aturdiendole a golpes, mientras Carrick le clavaba la espada en el corazón derrotando al sacerdote.
Usando las bendiciones de la Luz Sagrada, poco a poco los aventureros fueron recuperandose de sus heridas mortales y se dirigieron hacía el codiciado tesoro conseguido.
Frente a ellos al fin estaba el codiciado tesoro de Quetz'lun, al abrir la tapa del enorme cofre miles de monedas de oro, rubíes, zafiros y otras gemas dieron la bienvenida a nuestros aventureros, que resolvieron repartir mitad y mitad entre norteños y sureños. Hildegard Valdrada, estaba muy contenta pues sabía que al llegar con esa enorme cantidad de oro ganaría gran poder en el consejo del Pacto de Sangre, por no decir de la riqueza allí encontrada.
Cargaron el cofre y tal y como Hildegard había dicho, montaron en un Drakkar que les esperaba en la costa rumbo a Valgarde, donde los festejos se celebraron durante días, festejos donde el Jarl Erik Hardrada no se encontraba, pues seguía buscando a su hijo en Zul'drak.
Así pues, la aventura del Tesoro de Quetz'lun había llegado a su fin y los escaldos ya preparaban algunas canciones para que la historia se convirtiera en leyenda.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 10)
14.12.2013 11:59EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 10
Tras la gran treta del Gran Sabio, el grupo quedo mermado y reducido fruto de la desconfianza, pese a eso, mucho se había andado ya para encontrar el Tesoro de Quetz'lun, así que el pequeño grupo de norteños y sureños que aún quedaba se puso en marcha hacía Drakil'jin al norte de las Colinas Pardas.
Hace ya días, cuando la compañia tenía que atravesar el Paso de Ursoc para llegar a Zul'drak, el Jarl Erik Hardrada les dijo a estos que les esperaría allí pasados tres días, pero la compañía no acudió a esa cita. Hildegard Valdrada, había extendido el rumor de que Torhild y Vedrfornil Hjorden habían muerto heróicamente en la arena del Anfiteatro de la Muerte, así que el Jarl Hardrada con un gran grupo de norteños se adentro en Zul'drak para buscar a su hijo.
Mientras tanto, la compañía proseguía su marcha hacía Drakal'jin hasta que diviso el campamento de la Brigada de los Páramos del ejercito de la Alianza que aún seguía alli asentado.
La compañia solicito refugio en el campamento, para descansar después de la marcha, antes de llegar a Drakal'jin y sin muchos problemas consiguieron acceder, buscando algunas tiendas que les sirvieran para pasar allí la noche.
El Tesoro de Quetz'lun estaba cerca y con ello el epílogo de esta asombrosa aventura, pero eso sería otro día.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 9)
11.12.2013 14:20EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 9
Tras reposar las heridas sufridas, la nueva compañía se puso en camino siguiendo la pista de encontrar al Gran Sabio, una divinidad trol que podría saber el paradero del preciado tesoro. Atravesando sigilosamente Zul'drak, llegaron a un enorme paso que tuvieron que atravesar pero Ulf, uno de los norteños de la compañía, fue avistado por una patrulla trol y superados en número la compañía tuvo que hacer acopio de correr sin mirar atras entre una lluvia de flechas.
Tras el largo trayecto, los trols les pisaban los talones y llegaron a la alameda donde se encontraba el Gran Sabio, un tiki de piedra enorme rodeado por golems también de piedra gigantescos que atemorizaron a los trols que perseguián a la compañía provocando que dejaran de perseguirnos.
Bajo el resguardo del Gran Sabio y sus guardianes de piedra, la nueva Compañía fue sometida a prueba, teniendo que elegir entre la ubicación del tesoro o la vida de dos norteños que habían sido rescatados de la arena del anfiteatro y aparecieron como de la nada. El Gran Sabio puso a prueba a la compañía, y tan solo Jesabela y Hildegard Valdrada prefirieron el tesoro, lo cual contento al enorme dios tiki de piedra. El resto fue atacado por los golems gigantescos de piedra.
Tras un duro combate, los gigantes derribaron a la compañia, pero antes de que estos sacrificaran a sureños y norteños por igual, el Gran Sabio los detuvo y les perdono la vida. Jesabela y Hildegard pudieron ver el lugar donde se encontraba el tesoro, un sitio llamado "Drakil'jin".
Ayudando en el camino a los heridos a reponerse, volvieron al puesto avanzado de la Cruzada Argenta, donde la discordia en la nueva compañía había estallado, norteños y sureños, se vieron traicionados por Jesabela y Hildegard, pero mientras que Jesabela guardaba silencio, Hildegard recriminaba a estos que erán débiles y que serían un lastre para conseguir el tan preciado tesoro.
La discordia en el grupo de aventureros había sido sembrada. Quizá eso era lo que el Gran Sabio quería... ¿quién sabe?
Mientras tanto, seguía sin saberse nada de Torhild y Vedrfornil, que para Hildegard Valdrada y algunos más ya estaban muertos y disfrutando de la otra vida en el Valhalla, aunque algunos otros aún conservaban la esperanza de que siguieran con vida y encontrarles.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 8)
11.12.2013 00:26EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 8
Con Torhild capturado y la compañía separada, el grupo de sureños liderados por Jesabela, Garron y Remy se encontraron con dos norteños más que no conocían mientras escapaban del anfiteatro.
Era Hildegard Valdrada acompañada de uno de sus taumaturgos clamatormentas. Los sureños la explicaron la situación y juntos emprendieron raudo camino a un puesto avanzado que aún mantenia lo que quedaba por allí de la Cruzada Argenta a salvo.
Hildegard expusó que varios barcos procedentes del sur y cargados de trols habían llegado a Colinas Pardas y se dirigian a Zul'drak amenazando el norte y que por ello había que seguir los pasos del enemigo. Algunos miembros rezagados de la compañia que habían tambien logrado escapar de la arena del anfiteatro llegaron también y contaron como Torhild había sido capturado, y que no sabían nada de Verdfornil tampoco que había salido tras él.
Mientras el nuevo grupo de aventureros trataba de solicitar la ayuda de los cruzados argenta, se abrio el debate pues la compañia quería rescatar a Torhild y los demás, mientras Hildegard Valdrada expuso que sería una trampa volver allí y que les estarían esperando, que seguramente los prisioneros ya estarían muertos sacrificados a algunos de sus dioses.
Pero la compañia hizo caso omiso a las advertencias de Hildegard, y al llegar al anfiteatro fueron emboscados aunque lograron salir con vida a duras penas y volver a la avanzada argenta.
En la avanzada argenta y con proseguir con la búsqueda del tesoro de Quetz'lun como objetivo, la nueva compañía consiguio información sobre el siguiente paso a dar, el cual les conducía a un dios trol muy antiguo conocido como el Gran Sabio. Acuciados por las múltiples heridas, decidieron descansar antes de proseguir con la búsqueda, mientras Hildegard hablaba a los suyos sobre la lamentable muerte del hijo del Jarl del clan Hardrada y como murió como un héroe que pasaría a la historia lamentablemente.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 7)
02.12.2013 23:26EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 7
Fuímos capturados y encerrados en una jaula en las mazmorras del anfiteatro. Los Drakkari hablaban y se reian entre ellos en un lenguaje ininteligible para nostros. Al caer la noche, nos sacaron de la jaula y poco a poco nos hicieron caminar hacía la arena, al menos tuvieron el detalle de darnos nuestras armas.
Y allí estabamos, en la arena del anfiteatro, espalda contra espalda, las gradas a rebosar, seríamos el espectáculo de los Drakkari, un espéctaculo de arena y sangre.
Entre los chillidos ensordecedores del publico asistente, aparecieron enormes trols rodeandonos, seguramente sus campeones y armados hasta los dientes. Al grito de un Gran Sacerdote Kalari, que parecia el promotor del espectáculo nos atacaron.
La compañía lucho ferozmente, entre espadazos, golpes contundentes de martillo, flechas, balas, lanzadas y hachazos conseguimos a duras penas deshacernos de los trols.
Pero el más fuerte y grande de ellos, vapuleo a Torhild dejándolo inconsciente y cargándolo al hombro, mientras era ovacionado por el público y la compañía no pudo hacer nada para evitarlo, puesto que al poco tiempo la puerta se abrió y aparecio un gigantesco y terrible Demosaurio.
El público enloquecio, el suelo de la arena temblaba ante los pies de la Compañía, mientras Torhild se alejaba capturado por el Campeón de los Drakkari. El terrible Demosaurio, hizo vibrar todo el anfiteatro al rugir y cargo contra la Compañía, que trataba de eludir al gigantesco animal, no fue sino la actuación de los dos hombres del norte, que la compañía anteriormente había rescatado de ser sacrificados, la que les dio una oportunidad de derrotar a semejante bestia, partiendo las cadenas que la ataban. El demosaurio furioso y desorientado comenzo a comerse trols de entre el público y el pánico cundió. La Compañía aprovecho para tratar de escapar, pero no todos, Vedrfornil juro que no se iria sin Torhild y los dos hombres del norte le siguieron hacía las jaulas del subsuelo en busca del hijo del Jarl que estaba preso.
El Gran Sacerdote de Sseratus, mato al Demosaurio finalmente sacrificándolo y restableciendo el orden entre el caos.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 6)
01.12.2013 23:08EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 6
La Compañía se recupero del ataque de Ursoc y tan pronto como pudieron atravesaron el paso. Guíados por Torhild llegaron hasta Zul'drak.
Observaron de primera mano, los vestigios de la Plaga y un gran zigurat que había sido derribado años atrás por la Cruzada Argenta. La corrupción apestaba aquel lugar. Caminaron sigilosamente entre la nieve que no era muy profunda. Debían dirigirse al anfiteatro que justo estaba en el otro extremo hacía el norte.
Torhild se detuvo a contemplar la majestuosidad del antiguo Imperio Drakkari y sus estructuras que aún permanecián en pie, indemnes sorteando guerras y el debenir del tiempo. La Compañia, observo desde el sigilo a un grupo de sacerdotes trols que se dirigian a un templo cercano, llevaban con ellos a dos hombres del norte. Había que tomar una decisión; rescatarlos y enfrentarse a sus captores poniendo en peligro la misión o abandonarlos a su suerte.
Así pues, en lugar de optar por lo más sensato, los tiradores se acercaron los primeros y dispararon contra los sacerdotes, con tan buen tino que muchos de estos cayeron derribados. El resto cargo contra los trols, siendo derribados por la ira de estos y demostrando una fuerza e ira sobrehumana. Viéndose acorralados por la compañía, los trols decidieron matar a los rehenes, pero antes de que esto ocurriera, una nueva rafaga de flechas y balas les derribo.
Escondieron los cadáveres entre la maleza y prosiguieron el camino hasta el anfiteatro junto a los dos rehenes que armaron y así se incorporaron a la compañía. Al llegar al anfiteatro, les sorprendio la quietud del lugar y la enorme estructura que era una muestra mas de la grandiosidad de la arquitectura del Imperio Drakkari.
Una vez dentro, exploraron el anfiteatro, descubrieron puertas que llevaban lustros cerradas, hasta que llegaron a un lugar que parecía ser un antiguo templo y el silencio del lugar se rompió con el sonido chirriante de una gran verja que se cerraba para dejarnos atrapados dentro del templo, por suerte Garron pudo sostener la puerta, mientras todos escapaban de allí, pero lo de escapar solo era una manera de hablar, pues pronto se dieron cuenta de que estaban rodeados por cientos de arqueros trols que les apuntaban directamente y un grupo de grandes guerreros drakkari que se dirigía hacia la Compañia. Posiblemente ese fuera nuestro final... ¿o no?
El Tesoro de Quetz'lun (Día 5)
28.11.2013 23:52EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 5
Era el momento de proseguir hacía Zul'Drak, así que la compañía se reunió entorno a las afueras de Arroyoplata, donde coincideron con una guardia de la Espada de Ébano, que se diriga hacía Zul'Drak. Erik y los sureños se reunieron y tras debatir concienzudamente, propusieron a la guardia que les acompañara, sin revelar nada sobre el Tesoro.
La Compañía se puso nuevamente en camino, acompañados por la guardia de la Espada de ébano, que acepto de buen grado ir junto a sureños y norteños hacía el Paso de Ursoc, donde Torhild les esperaría.
El día anterior, los sureños habían capturado a una joven trol y la llevaban como prisionera por si pudiera serles de ayuda. Tiempo después, Erik señalo hacia una gran cabeza de oso tallada en piedra y proclamo: ¡Estamos en el Paso de Ursoc!
Erik se despidio de la Compañia y les dijo a estos, que ahora marcharía a Valgarde y que volvería con varios hombres en tres días, si para entonces no habían salido de allí, consideraría que estaban muertos. La Compañia se despidio del Jarl, no sin antes este dirigirse a Vedrfornil y decirle que cuidara de su hijo Torhild, el cual aparecio poco tiempo después para proseguir el viaje de la compañia y enfrentarse a lo que les avecinaba.
Torhild Hardrada se acababa de incorporar a la Compañia, y esta ascendio el Paso de Ursoc, hasta llegar a la puerta del mismo, una gran formación rocosa con forma de cabeza de oso. Al lado de la gran puerta, había un chaman oso encadenado que parecia dormido, hasta que la presencia de los hombres le desperto. Explico a estos, que debían pasar de uno en uno, para ganarse el favor de Ursoc y que este les permitiera pasar...
Jesabela fue la primera en pasar, tiempo después al regresar conto a sus compañeros lo que había vivido adentro y que en el interior el gran oso les pondría a prueba para saber si son dignos de ganarse su don. Poco a poco todos fueron pasando, algunos volvieron felices, trajeron consigo recuerdos agradables de su pasado y de sus seres queridos, otros regresaron cambiados, muy cambiados, se habían enfrentado a experiencias traumáticas, pero que finalmente superaron, uno de ellos fue Torhild, el cual regreso con la cara totalmente descompuesta y sin mediar palabra. La guardiana de la Espada de ébano se nego a pasar y abandono la Compañia, sin mediar explicación alguna. Ya solo quedaba alguien por superar la prueba... Vedrfornil Hjorden.
El norteño se despojo de su peto y se aproximo a la puerta y ante la incredulidad de los demás, desafio al gran dios oso Ursoc, reinvidicando que era un hijo del norte y que obtenía el don y el favor de Ursoc como tal o que este mismo le enviara al Valhalla. Ursoc aparecio encolerizado, Vedrfornil se encaro a este, su rugido era ensordecedor, todos estaban detras en guardia alertados.
Ursoc lanzo un zarpazo tremendo que derribo a Vedrfornil y le empujo varios metros atrás, los demas fueron a auxiliarle, pero el orgulloso Hjorden pidio que lo dejaran, herido y magullado volvio a plantar cara al dios Oso, que esta vez mas enojado que nunca de un tremendo rugido precipito a todos como un estruendo contra el acantilado, pero por suerte los miembros de la compañia consiguieron agarrase al precipicio. Nadie se habia despeñado por suerte, poco a poco escalaron hasta subir y Vedrfornil Hjorden en un ultimo plante ante Ursoc, le pidio que le otorgara su don y permiso o de una ultima vez le mandara al Valhalla. Ursoc le solto un ultimo zarpazo y le arranco su media mano izquierda, y al poco tiempo desaparecio entre la bruma al interior del paso.
Vedrfornil, había quedado tullido, pero el chaman oso encadenado le dijo que había conseguido el favor y el permiso de Ursoc demostrando su coraje y fuerza de voluntad. ¿Porque no me has envidado al Valhalla? gritaba Vedrfornil mientras se desangraba, los sureños preocupados hicieron un circulo a su alrededor, ayudandole a no desvanecerse y Torhild le vendo la mana respondiéndole que quizas tuviera alguna promesa que cumplir y que ese no era su momento aún.
Vedrfornil, perdio la consciencia. La compañia cansada y alterada por los ultimos acontecimientos decidio acampar en el Paso de Ursoc, antes de proseguir ya en Zul'drak.
El Tesoro de Quetz'lun (Día 4)
27.11.2013 00:01EL TESORO DE QUETZ'LUN
DÍA 4
Llegó el momento de marcharse de Uppsala para llegar a Arroyoplata, antes de partir Vedrfornil Hjorden se presento ante la compañía formada por nórdicos y sureños uniendose a esta.
En el camino hacía Arroyoplata, encontraron un puesto ulfhednar que había sido incenciado y el suelo se cubría de cadáveres. La compañia se detuvo a observar la masacre. Erik Hardrada, dijo que debian continuar, que darían parte en Arroyoplata y que estos se encargarían. Así pues, la compañia se puso nuevamente en marcha.
Al llegar a Arroyoplata, los norteños fueron a avisar a dar parte de lo ocurrido, mientras que los sureños buscaban al escaldo. Al parecer la masacre, se había producido poco tiempo antes y habián dado muerte a un grupo de soldados de la Alianza, provenientes de la brigada de los Páramos, que eran los que habían incendiado y matado a los ulfhednar, aunque uno seguía con vida encarcelado y alli fueron los hombres del norte.
El soldado les explico lo ocurrido y les pidio ayuda, pero los hombres del norte decidieron que era asunto de los Ulfhednar y no se imbiscuyeron, además acordaron no decir nada a los sureños sobre ello y acompañaron a estos a buscar al escaldo.
Los norteños encontraron al escaldo en una de las chozas y Erik hizo sonar su cuerno para avisar a los sureños que se presentaron raudamente alertados.
Bruhild, hablo con el escaldo y este le conto la historia que había tras el tesoro de Quetz'lun, destacando que "Quien un tesoro busca, otro tesoro pierde" . Cuando le preguntaron que donde se econtraba el tesoro, este respondio;
Aquel que no tiene nombre en esta lengua ni en ninguna de los hombres. Su morada está oculta entre árboles y piedra moviente, más allá del teatro de la muerte, acunado por los altares, custodiado por sus guardianes. Él mira a través de ellos, y la roca le susurra todo lo que acontece.
La compañia, decidio hacer noche en Arroyoplata, antes de partir al Paso de Ursoc, lo cual les conduciria a Zul'drak y al codiciado tesoro. Vedrfornil detuvo a Hardrada y ambos mantuvieron una acalorada conversación, Vedrfornil recriminaba a Hardrada el que este estuviera buscando un nuevo tesoro y se estuviera contradeciendo con lo dicho en Tierras del Interior sin haber aprendido la lección de aquel lugar. Erik mordiendose la lengua, contando pero sin contar, le quiso hacer entender que la situación de la alianza del Pacto de Sangre de los Hombres del Norte no era fácil de mantener y que le preocupaba el que su hijo Torhild no estuviera a la altura para defender su posición como Jarl, en caso de que a Erik le ocurriera algo en algún saqueo en el mar, dada la reputación que tenía Torhild el cual no había conseguido ganarse el respeto de los Hombres del Norte ni había participado en ninguna azaña digna de mención, pero por encima de todo, no había sido aún puestas a prueba sus habilidades y su capacidad, por eso Erik Hardrada decidio que sería el en el Paso de Ursoc quien buscara el tesoro con los sureños en Zul'drak, mientras Erik aguardaría cerca del Paso.
Vedrfornil, decidió que acompañaría al muchacho y velaria por él.
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