La Caza del Kraken (Día 5)

03.01.2014 13:08

LA CAZA DEL KRAKEN

DÍA 5

El Antiguo Campamento de la Brigada de los Páramos era el nexo que unia a la Alianza, Hombres del Norte y demás sureños que habían llegado a las Colinas Pardas para dar caza al siniestro enemigo. En el confluían militares, mercenarios, hombres de ciencia, magos, constructores y aventureros. Juntos habían vuelto a eregir aquel campamento, levantado empalizadas, preparado trampas con fosos y estacas, arreglado los portones y torres.
No tardarían mucho más en ser puestos a prueba, la tranquilidad en el Campamento sería perturbada.
En algún momento los cuernos sonaron, cuernos que precedian al terror, y con ellos tambores, ¡tambores de guerra! gritos y pasos estruendosos entre la bruma.
El grito mas recurrente en el campamento era; ¡A las armas!, los fieros defensores se apostaron tras las empalizadas y de entre esa espesa bruma fueron apareciendo una centena de Kvaldir guíados por dos de ellos de un tamaño enorme que parecian ser los jefes y gritaban consignas al unísono. 
Los Kvaldir se dividieron atacando los dos portones del campamento, el portón occidental y el oriental. Los defensores dispararon sus proyectiles contra la bruma y tras la primera descarga, se produjo el ataque, los Kvaldir se lanzaron contra las puertas destrozandolas con sus hachas, los defensores seguían disparando y arrojando aceite por encima de ellos, muchos desaparecian entre humo y algas, pero algunos de ellos prevalecieron. Varios soldados de la Alianza perdieron su vida tratando de contener las defensas.
¡Los portones no deben caer!.- gritaban desde el interior.
La suerte de la batalla era incierta, pero la obstinación de los defensores iba en aumento, parecia que los Kvaldir serían rechazados una vez más, hasta que el portón oriental fue derribado.
¡A la carga!.- gritaron en el lado oriental del campamento, había que dar el todo por el todo. Un enorme Kvaldir, hizo estragos entre los defensores atacando con su enorme hacha y sesgando varias vidas. El coraje fue el mayor arma que ahora tenían y al final los defensores hicieron que el enorme Kvaldir hincara la rodilla, hasta que pudieron cortarle la cabeza.
La bruma desaparecia lentamente, las defensas habían caído sobre todo en el lado oriental, varias vidas se habían perdido pero aún continuaban en pie, erguidos.
Se había luchado valientemente, mientras algunos atendian a los heridos, el resto no tuvo tiempo para el descanso había que preparar nuevamente las defensas por si volvían los Kvaldir. Por suerte no fue así.
Con los rostros ennegrecidos, las ropas rasgadas, las armaduras abolladas y las armas llenas de algas, los defensores se miraron unos a otros, gritando de alivio y proclamando;
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
Pero la amenaza Kvaldir estaba muy lejos de desaparecer, todos sabían que los Kvaldir volverian en mayor número y habia que estar nuevamente preparados, ganar tiempo para poder deshacer su maldición y acabar con ellos.