Como el Jarl Erik Hardrada prometío, reunió a algunos de los mas valientes hombres del norte en Vildervar así que junto a Ulf, Brakior y Zhoor se unió con los sureños del Pacto Aúreo; Rémy, Kayla, Jésabela, Myrall y Garron, ante una gran hoguera. Los sureños preguntaron por Torhild, el hijo del Jarl, pero este les explico que Torhild se encontraba ya en las Colinas Pardas explorando las cuevas y los pasajes subterraneos.
Sin embargo, Erik, pensaba que no era sensato adentrarse en los pasajes subterraneos, pues podrían perderse con facilidad y encontrar imprevistos indeseados. Así pues les dijo a los sureños que la mejor opción era tomar el Paso de Ursoc "El dios Oso", aunque había un inconveniente y es que esta pediría algun tipo de sacrificio a cambio de dejarles pasar y así llegar a Zul'drak por rutas donde no tuvieran que enfrentarse a un incontenible número de trols Drakkari.
Sureños y nórdicos emprendieron la marcha hacía Zul'drak, entre canciones e historias llegaron hasta los poblados de leñadores Ulfhednar en Colinas Pardas, donde fueron atacados por algunos de estos que habían caído en la locura y el salvajismo.
Pero consiguieron deshacerse de ellos. Continuaron la marcha, ya estaban próximos a llegar al Paso de Ursoc, cuando Jesabela, a la cual los Hombres del Norte decidieron llamar Brunhild que significa, mujer morena, por la dificultad que les entrañaba pronunciar su nombre, dijo que debían llegar antes a Arroyoplata, pues el escaldo que sabía como localizar el tesoro estaba allí.
A regañadientes, los hombres del norte cambiaron el rumbo, y fue ahí cuando encontraron a Hela Inkjerson, que andaba merodeando por aquellos lares y todos se detuvieron a contemplar el gran Yggdrassil.
Yggdrassil, era el gran arbol que según cuentan los hombres del norte, sostenia todo Azeroth hasta que el Titán Oscuro llego y lo quebro, y las tierras se separaron en grandes continentes e islas.
La noche lo cubría ya todo, y la compañia decició descansar tras la larga marcha en el Refugio Pinoámbar, al cual los Hombres del Norte llamaban Uppsala, pues era un templo sagrado para ellos.
Desde Uppsala, observaron las maravillosas vistas que el horizonte les ofrecia, mientras intercambiaban diversas historias, Rémy hablo a los hombres del norte de las Tres Guerras entre orcos y sureños, a su vez, Erik Hardrada, les habló a estos sobre el Ragnarok, también conocido como el día del fin de todo.
El viaje había sido largo, tocaba descansar antes de continuar hacía Arroyoplata.